Nuestra historia comienza con la Escuela Básica Santa Rita de Casia Nº2, donde un grupo de religiosas llevaba a cabo una importante labor de educación básica en un contexto de muchas necesidades. La crisis económica tocó sus puertas y debieron vender el colegio.

Mientras, en nuestra comunidad Marista se estaba desarrollando una efervescencia social, que era impulsada por apoderados y algunos hermanos que buscaban llevar la educación a sectores más vulnerables. Chile estaba enfrentando un complejo escenario político y económico, pero el llamado de la Familia Marista promovió una nueva forma de llegar a la educación, somos testigos que la solidaridad nace en los momentos de mayor necesidad.

Llegó el rumor de la venta de este colegio a los oídos de los Hermanos Maristas, en particular el Hno. Gaudencio, quién se apresuró a tomar los datos de esta escuela ubicada en una reciente población generada por la reubicación de poblaciones, en los sectores periféricos de Santiago. Desde La Pintana sonaba el llamado de ayuda.

Al llegar a la escuela, la decisión estaba tomada, el llamado de Champagnat había intervenido para continuar la obra. Era ver las escuelas del Fundador: niños y niñas de la periferia que buscaban a toda costa salir adelante y cumplir sus sueños, transformarse en profesionales.

En 1988, la Congregación Marista adquiere la escuela, cambiando el nombre a Colegio Marista Marcelino Champagnat. Existió una fase de ampliación de los espacios y remodelación del inmueble, para entregar las mejores condiciones a los estudiantes y profesionales. La misión se fortaleció y el llamado de ayuda llegó a todos los colegios Maristas de Chile. Desde todas partes del país las donaciones comenzaron a llegar y con el trabajo de vecinos, apoderados y Hermanos, la obra comenzó a fortalecerse y crecer.

Casi 10 años después, las necesidades habían cambiado, debíamos dar respuesta profesional a los niños que se habían transformado en jóvenes. Es así como la Educación Media parte en el año 1997, cuando se termina de construir un nuevo pabellón. Las carreras de Construcciones Metálicas y Administración abrieron el futuro. Nuestra primera generación egresó en 1999.

Desde entonces nuestro trabajo ha sido responder a las nuevas solicitudes por parte de la comunidad. En el año 2004, se suma la especialidad de Electrónica a la oferta estudiantil. También, la sección inicial incorpora Pre-kínder.

Luego y gracias a un importante proceso de consulta a apoderados y estudiantes, en el año 2020 sumamos dos nuevas especialidades: Gastronomía y Conectividad y Redes. Y seguimos viendo hacia el futuro, sumando una sexta especialidad de la cual pronto les contaremos más detalles. 

El año 2022 la posta pasó a los laicos. Nuestros dos queridos Hermanos Patricio Pinto y Jesús Pérez, cerraban las puertas de la Casa Juanita, después de un proceso de reestructuración a nivel de Congregación. Hoy queda en nuestras manos, seguir haciendo vida la obra de estos hombres que creyeron y sin miedo dijeron que si a educar en La Pintana, a los que les debemos tener el colegio que disfrutamos hoy. 

Nuestro colegio crece cada día, avanzamos con un Club Deportivo, un Centro Cultural, cada día más espacios para el desarrollo personal y profesional de niños, niñas, jóvenes, padres, madres, apoderados y vecinos, porque sabemos que aquí vive el llamado de Champagnat y con 35 años de servicio en La Pintana, cerca de 1000 egresados, 60 cursos y más de 200 educadores, seguiremos dando lo mejor de nosotros cada día.

Pedimos a diario a nuestra Buena Madre y al Espíritu Santo, que nos mantengan abiertos a la creatividad, guiándonos por caminos insospechados que saquen lo mejor de cada uno de nosotros, creciendo cada día, paso a paso. Rogamos a nuestro señor Jesús, que cada uno pueda encontrar su espacio interior, donde pueda contribuir con la misión y alcance sus metas.

Que la promesa de Fourviére se viva en cada uno, cumpliendo la promesa de “dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”.

Sigamos viviendo esta historia unidos, cuidemos nuestro colegio, que como lo has leído, lo construimos juntos.