El Movimiento de Espiritualidad Marista Infantil, conocido como EMI, es el primer paso en el camino de la fe para nuestros niños y niñas. Con una especial importancia, EMI es un espacio escolar donde los más pequeños, entre 6 y 8 años, experimentan el amor de Dios en su vida cotidiana.

En EMI, los niños y niñas comparten momentos de encuentro vivencial, donde se despierta en ellos la presencia de un Dios amoroso que habita en cada uno de ellos. Este movimiento tiene como objetivo acompañar a nuestros pequeños en su despertar espiritual, fomentando la interioridad y los valores de respeto y amor hacia los demás.

La participación y asistencia regular son esenciales para alcanzar los objetivos que EMI se propone. Cada etapa del proceso es guiada por una educadora dedicada, que trabaja con los niños en una sala independiente, creando un ambiente acogedor y propicio para el crecimiento espiritual.

Los Modelos de EMI

EMI toma tres personas importantes y rescata sus valores en la etapa formativa:

Jesús: Queremos que los niños y niñas vivan la cercanía de un Jesús amigo, juguetón y travieso, colaborador con su Padre y su Madre. Un Jesús cariñoso, generoso, solidario y profundamente humano. Un amante de su familia y respetuoso con todas las personas.

María: Inspirándonos en nuestra Buena Madre, buscamos vivir nuestra disponibilidad, con un corazón abierto a la escucha de la Palabra de Dios. María, la más cercana a Jesús, nos enseña cómo acercarnos a Él. Marcelino Champagnat la tenía como mediadora siempre, y nosotros seguimos su ejemplo.

Marcelino: Como seguidor de Jesús al estilo de María, Marcelino Champagnat vivió tres características principales de su espiritualidad que queremos emular: la presencia constante de Dios, la confianza en María, y las virtudes de humildad y sencillez. Marcelino buscaba a Dios en las circunstancias de su vida y los acontecimientos de su época, enseñándonos a hacer lo mismo.