Historia del Colegio Marista Marcelino Champagnat

Nuestra historia comienza en 1983, bajo el nombre de Escuela Básica Santa Rita de Casia N° 2. Desde el 26 de mayo de ese año, la institución fue autorizada para impartir Educación Parvularia, Educación General Básica y Educación Media Científico-Humanista en jornadas diurna y vespertina. Sin embargo, en sus inicios se enfocó exclusivamente en las secciones iniciales de educación.

En 1988, la Congregación Marista adquirió la escuela y le otorgó el nombre que hoy nos identifica: Colegio Marista Marcelino Champagnat. Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa, que incluyó la ampliación y remodelación de los espacios para garantizar mejores condiciones a nuestros estudiantes y profesionales.

La sección de Educación Media comenzó a funcionar en 1997, con la construcción de un nuevo pabellón. Conscientes de las necesidades de la comunidad de la Población El Castillo, el colegio introdujo las especialidades técnico-profesionales de Construcciones Metálicas y Administración, formando así jóvenes con herramientas para su desarrollo laboral. Nuestra primera generación de egresados se despidió en 1999.

En 2004, atendiendo a los requerimientos de la comunidad, se amplió la oferta educativa con la incorporación de la especialidad de Electrónica, mientras que la sección inicial sumó el nivel de Pre-kínder.

El compromiso con la innovación y la adaptación a los nuevos tiempos nos llevó en 2020 a incluir dos nuevas especialidades: Conectividad y Redes y Gastronomía. Estas iniciativas reflejan nuestra intención de preparar a los estudiantes para un mercado laboral en constante evolución.

Continuando este camino, en 2024, sumamos la especialidad de Programación, adaptándonos a las demandas del mundo actual y fortaleciendo la proyección laboral de nuestros estudiantes en un entorno cada vez más tecnológico.

Nuestro compromiso y misión
Cada día, pedimos a nuestra Buena Madre y al Espíritu Santo que nos guíen con creatividad y nos impulsen a sacar lo mejor de nosotros mismos, avanzando paso a paso. Confiamos en que cada miembro de nuestra comunidad encuentre su espacio para contribuir a nuestra misión y alcanzar sus metas personales.

Inspirados en la promesa de Fourvière, nos unimos como Hermanos y Laicos en la misión encomendada por nuestro Fundador: "Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar".