En estos 31 años de historia, la pastoral del colegio ha tenido la misión de ser un anuncio vivo del Evangelio de Cristo en medio de todos los miembros de la comunidad educativa. Es en esta labor de formación y encuentro que ha querido transmitir los valores cristianos y el carisma propio de los Hermanitos de María.

Ser Maristas nos vincula con un gran compromiso con el prójimo, el hacer y crecer como comunidad creyente, donde la cercanía, la humildad y la sencillez son rasgos que nos hacen ser agentes pastorales involucrados a la realidad donde estamos insertos y convivimos diariamente.

Para cada uno de nosotros hacer pastoral es vivir el sueño del Padre Champagnat: "Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar", es ver en el rostro de los niños y jóvenes los sueños que nos permitan trabajar por una sociedad más justa y solidaria, es ser parte de la formación sacramental y humana que como Iglesia católica nos permiten descubrir la bondades de Dios, es celebrar a un Señor de la vida que vive entre nosotros y es anunciar el mensaje esperanzador de la Buena Noticia.

Queremos convertirnos en una comunidad pastoral integral; sentirnos miembros de una comunidad que abarca mayor territorialidad que la población El Castillo es sabernos miembros activos de una familia cristiana que también es marista. Queremos ver a nuestros alumnos liderando procesos de evangelización como agentes anunciadores del Evangelio de Jesús tanto en sus realidades inmediatas como en la misión. Queremos ser y hacer una propuesta de participación y de encuentro para toda nuestra comunidad educativa. Queremos todos vivan en un colegio en pastoral y no sólo haciendo trabajos pastorales.

La diversidad de movimientos y grupos pastorales tratan de dar respuesta a las necesidades de todos, que nadie sea excluido de su proceso de fe, sino que por el contrario pueda abrir su corazón para recibir a Dios compartiendo en los diversas instancia que como pastoral ofrecemos

Confiados al cariño permanente de María la buena Madre, la madre de Jesús, sabemos que el Padre Dios nos sigue regalando su Espíritu y mira con ternura a todas nuestras familias que han decidido hacer una opción de encuentro personal con Dios.