El viernes 7 de diciembre, los alumnos egresados de 4º
medio, en las especialidades de Administración,
Electrónica y Estructuras Metálicas, desfilaron por
última vez ingresando al salón de actos para dar inicio
a su ceremonia de Licenciatura, la primera parte
cumplida en pos de su titulación en el año 2008.
Las emotivas y prácticas palabras del hermano Cruz
Alberdi, nuestro rector, dan motivo a cada alumno para
que pueda agradecer los logros alcanzados e ir en busca
de su gran meta que es obtener el título en su
especialidad tras las prácticas realizadas.
Alumnos(as), acompañados de sus profesores tutores, la
Sra. Susana Mena, Don Alonso Pérez y Don Claudio
Irrázabal.
Emotivo también fue el sencillo mensaje de la alumna
Daniela Isler de la especialidad de Administración,
quien se refirió a la dinámica de sus compañeros dentro
y fuera del aula y al ser amigos verdaderos.
Esta destacada alumna dio gran importancia a su
educación académica y a su formación espiritual, donde
destacó de gran manera el acompañamiento real de los
hermanos maristas a quienes mencionó por su entrega
permanente entre los niños y jóvenes.
Los hermanos presentes entregaron la insignia marista a
los alumnos y alumnas que cursaran en nuestra
institución desde 1º a 4º medio.
Haz de ser un hermano de todos,
sembrador de evangelio y de paz.
Jesús también
te llama a ti
al amor universal...
Emocionante fue cuando el hermano Ramón Sáiz, presidente
de la fundación, hiciera entrega de la insignia al
último grupo y fuese acompañado de un gran aplauso y de
vítores por parte de quienes fueran sus alumnos durante
7º y 8º básico (2002 2003), haciendo eco del cariño
expresado hacia él y su presencia en nuestras vidas.
También destacamos la presencia del hermano Mariano
Varona, Vicario, quien hiciera entrega del premio de
Espiritualidad Marista a los tres alumnos destacados en
cada especialidad: Daniela Isler, Isabel Castillo y
Fabián Pérez.
Nos mueve y conmueve la presencia entre los jóvenes, de
nuestra alumna Nicol Urrutia, a quien animamos a
continuar esforzándose y, pese a su enfermedad, seguir
apoyándose para surgir y dar testimonio de su entrega y
fortaleza, que nuestro Padre que nos ama sabe tanto de
nuestra entrega y dedicación , incluso en los momentos
de mayor debilidad.
A María, nuestra Buena Madre encomendamos a cada uno de
los egresados para que desde su regazo, caminen los
pasos decisivos de su futuro que ya es parte en su
presente, y lleven en su vuelo, el espíritu humilde y
sencillo de San Marcelino, para que él les ilumine en
momentos de espera y trabajo, llegando a ser fiel
reflejo de nuestra misión: jóvenes adultos, creativos,
asertivos, responsables y solidarios, es decir, buenos
ciudadanos y buenos cristianos, al estilo de Champagnat
y con las huellas de José, María y Jesús en sus vidas.
Un amigo es una luz
brillando en la oscuridad.
Siempre serás mi amigo,
no importa nada más