Como Familia Marista, en este tiempo de Cuaresma resuenan las 5 llamadas que hace el XXII Capítulo General: dejarnos transformar por Jesús, y ser enviados como faros de luz y esperanza en medio en este mundo turbulento; ser el rostro y las manos de su tierna misericordia, inspirando nuestra creatividad para ser constructores de puentes, caminando con los niños y jóvenes marginados de la vida, respondiendo audazmente a las necesidades que aparecen.

El Papa Francisco, aludiendo en su Mensaje de Cuaresma a la fuerza regeneradora del arrepentimiento y el perdón, invita a cada uno a hacernos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades.

En esta Cuaresma, tiempo de ayuno y oración, resultan entonces apropiadas las palabras del Profeta Isaías en el capítulo 58: el ayuno que el Señor quiere es que compartas el pan con el hambriento, hospedes a los pobres sin techo, vistas al que veas desnudo, y no te despreocupes de tu hermano.

Haciendo nuestro el lema inspirador para este año: Empoderemos a quienes no tienen voz. Yo defiendo los derechos, sea este tiempo una oportunidad para hacernos prójimos de quienes no tienen voz al interior del hogar, en nuestros barrios, en el grupo curso, en el patio, y allí donde estemos.

Que Nuestra Buena Madre guíe siempre nuestro caminar como Educadores, y fortalezca a los estudiantes y sus familias

Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús