Con mucho entusiasmo, los niños, niñas y profesores pudimos celebrar a María, la Buena Madre, en una oración comunitaria, donde cada uno ofreció lo mejor de sí.
sabiendo que ella es un ejemplo de fe, de esperanza, de paciencia, de sencillez, de humildad.
Pudimos reflexionar a la luz del Evangelio de San Lucas, que nos recordaba el misterio de la anunciación. Luego, un grupo de alumnos y alumnas de cada nivel le presentaba a María un “regalo” como símbolo de amor por su presencia en nuestras vidas, rasgo que nos caracteriza como maristas. Posteriormente, dos alumnos de cada curso, junto a su profesor/a tutor/, recibió la oración del ángelus con el compromiso de rezarlo durante todo el mes a las 12:00 hrs.
Sabiendo que ella, como mamá, acoge lo que está en nuestro corazón, nos acercamos a ella como hijos e hijas confiados pidiéndole que podamos finalizar el año colmados de gratitud, con un espíritu renovado, sabiendo que somos maristas nuevos en misión…