Este año estuvo animada por números artísticos de folclore y algunos simpáticos concursos durante la tarde. Los puestos de cada nivel se iban vistiendo para alcanzar alguno de los premios otorgados por el jurado. Entre mote con huesillo, los infaltables huevos duros, helados, completos y empanadas, la familia se reunió mediante una serie de actividades que no solo dieron la posibilidad de reunir fondos, también ayudaron a la integración de cada equipo de trabajo. Agradecemos especialmente a cada apoderado que fue aportando con su tiempo y su disposición en lo que fuese necesario ayudar. En especial nuestra gratitud se ve reflejada hacia la directiva del Centro de Padres que permite que este tipo de actividades se desarrolle y vea frutos favorables en cada nivel.

Con la esperanza de disfrutar en una nueva fiesta, nos despedimos hasta una próxima patita que invite a la primavera.