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Visita Hermano Séan Sammon
Por
Colegio Marcelino C.
Publicado:
24 Abril 2007
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La mañana del viernes 20 de abril, comenzaba fría y brumosa; sin embargo, a medida que avanzaban los minutos y los últimos preparativos para la visita del hermano Séan Sammon, la calidez se hacía viva en el respiro compartido.


Cerca de las diez, tuvimos la certeza de la sencillez en un rostro sonriente y animado por los aplausos espontáneos de los niños al ver un sueño hecho realidad: el hermano superior general nos visitaba dando muestras de cariño a quienes de cerca miraban su presencia y la de los hermanos Pedro Marcos y Agustín Carazo. El saludo de una alumna de la especialidad de Administración; una reseña histórica de nuestro colegio; una muestra folclórica de interculturalidad con la belleza espigada de alumnas y la intrepidez de alumnos demostrando el juego del Palín y el sonido armonioso de instrumentos mapuches; la clara voz de un poema declamado en inglés por una alumna de quinto básico, y la bienvenida de las delegaciones de Primer Ciclo y de Enseñanza Media, hicieron del patio de Segundo Ciclo, un espacio en que fe y cultura renacen en intenciones verdaderas de encuentro. Rezando el Dios te Salve, en el idioma del hermano superior, los niños enaltecieron su deseo de bienaventuranza, dando paso a las palabras del hermano Séan traducidas por el hermano Agustín.
 
Expresa Ana Francisca Chamorro, alumna de séptimo: “En la oración se notó su alegría y confianza hacia nosotros. ¡Gracias! Damos gracias al hermano por habernos dado este gusto de conocerlo y haber compartido este breve momento muy a gusto con él.”
 
Carolina Rainao, otra alumna de séptimo expresa: “Me sentí con alegría porque es otra persona más de la familia marista; una persona más en quien puedo confiar.” Jorge Navarro, alumno de séptimo D, expresaba de esta manera la visita de nuestro hermano superior en nuestro colegio:

“De estados Unidos
vino un hermano
que tocó mi corazón
y su nombre es
Séan Sammon.
Al hermano superior
Séan,
lo visitó María, Champagnat
y Dios.
Y con ese amor,
él llenó su corazón,
y con éste, él nos visitó,
con mucha alegría y amor…
¡Un corazón! ¡Una misión!”  
Y como él, otros compañeros de su curso compartían de manera escrita su opinión sobre la presencia de este hermano en nuestro patio.

En el aire queda su paso por nuestra institución que también es su hogar y
queda resonando como en la Parábola
de la Perla y el Mercader, el sentirnos parte de un bien preciado que debe latir y resonar con más fuerza y espíritu, sentir parte de una misión en que el corazón de Champagnat nos invita a  
pronunciar a Dios como padre bueno y amoroso que quiere darse a conocer a sus hijos amados, sobretodo a quienes aún no lo conocen.
 Que la presencia del hermano superior deje en nosotros la alegría de un abrazo sencillo y abierto a la palabra, que reúna vuestras voces en un solo sentido: dar a conocer a Jesús y hacerle amar”, y nos permita avivar el deseo vivo del cura loco de La Valla, “dar todo a Jesús por María, y todo a María para Jesús”.        

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